miércoles, 27 de abril de 2011

Colores

El color rojo sangre
es ahora verde esperanza
El cielo es de color azul
y la tierra anaranjada.
La tez de los campesinos, morena
la nieve de las montañas, blanca
las entrañas de los banqueros
son negras ya de quemadas.
El agua del rio es clara
amarillo el jaramargo altivo,
rosas son los bebés
y las madres son moradas
Y tú cariño mío
tú, tú eres de oro y plata.

martes, 26 de abril de 2011

Gitana mía, ¿por qué?

Gitana mía, ¿por qué?
¿Por qué me has abandonado
en este lugar desolado
en el que no tengo fe?

La tristeza todos los días
me susurra, me corteja,
por las mañanas también me gobierna
y por las noches te tengo sed.

Se mete en mi cama,
en tu lado
y me sigue acosando
hasta que sucumbo a sus pies.

Gitana mía, ¿por qué?
¿Por qué no seré más fuerte?
¿Por qué no tendré tu garbo,
tu alegría, tu descaro
y tu sabor a miel?

Gitana mía, yo muero
poquito a poco y por dentro
me desgarro,
me desgajo
y me desmiembro.

Gitana mía te quiero tanto
ya no tengo más que ser
que un pilón frío de mármol
en la vereda que surcaste ayer.

   

Intelectuales de pacotilla.

A los intelectuales de pacotilla
que fueron siempre lastre de la vida,
se creen muy listos y bellos,
se creen la élite de los pueblos.

No saben que son curritos
ignoran cual es su clase,
piensan que están en el cielo
y son presos de su propio alarde.

A ellos combatimos
desde nuestro más humilde coraje,
nosotros si lo sabemos
conocemos cual es nuestro anclaje.

Luchamos por voltear
lo que con tanto esmero construyeron
esa jerarquía podrida
que romperemos con brazo de hierro.


                                             

Días de plástico y ondas.

Oscuras razones
mueven el mundo.
Alegres canciones
tengo yo en mi cabeza.
Contradicción maltrecha,
la vida que nos ampara
no es sino pálida,
enferma y no sana,
nos lleva por el destierro
de nuestra propia alma.
Sin pena, ni gloria,
sin gracia.
Sin una verbena
que llevarse a la boca.
Estos son nuestros días
de plástico y ondas.

             

Ardor.

Lo único que me salva
de una quema amargada
son los versos que se impregnan
en estas hojas blancas.

No consigo quitar el dolor
de mi pecho mal herido,
por más que intento, no puedo
olvidarme tus latidos.

La soledad me gobierna
vapulea mi carácter
irascible me convierte
transformándome en cadáver.

No quiero estar solo
ni tampoco acompañado,
no quiero la ciudad
pero tampoco quiero el campo.

Ardor, ardor que me quema.
Ardor, ardor que me mata.
No duermo ya ningún día
sin despertarme de madrugada.

Afortunado soy porque tengo,
mis hojas, mi pluma y me suelto
es el único suspiro
 que me saca del tormento.
                       

¡Qué alegría mi hermano!

Qué alegría mi hermano
tengo yo en el alma
por haberte encontrado,
por haber conocido tantos hombres,
tantas mujeres de gallardo calado.

Sé que si llega la hora
muchos estarán preparados,
nacieron con corazones
más grandes que el cielo estrellado.

Comprendo que el mundo es así,
muchos están embobados
absortos en sus madrigueras
escondidos en sus vidas de barro.

Pero con que haya cinco,
que se cuenten
con los dedos de la mano
la esperanza será nuestra
nuestro será, el carro dorado.

                                 

Mañanas en la montaña.

Las mañanas en la montaña
quitan el catarro de mi nostalgia
el sol, el viento y el agua
los pájaros, los pinos y sus ramas.

El silencio que no es tal,
la inspiración que me viene
observando al horizonte
esa llanura verde.

Miro a la ciudad y me pregunto,
¿cuánto durará la condena
de vivir todos juntos
como almas en pena?

Aquí en lo alto, me siento
aquí en mi palacio, seguro
aquí entre todas las flores
escondido en los arbustos.

La calma, sí, la calma,
la gracia del estar solo,
el calor que me cobija
sólo aquí, me siento de oro.

                     

Problemática del Cambio Global

Estamos hartos de oír en todos los medios de comunicación hablar del “Cambio Climático”, pero estamos menos acostumbrados a escuchar el término “Cambio Global”. ¿Qué es esto del Cambio Global? ¿Acaso no sólo el clima cambia?

Cientos de estudios científicos documentan, que las variaciones en el clima son una  de las muchas partes del problema. La sobreexplotación de las aguas internacionales y de los caladeros de países con inestabilidad política, agotan la diversidad del ecosistema marino. La deforestación de selvas para la ampliación de los pastos y campos de cultivo, o para la fabricación de papel, está poniendo en peligro los últimos reductos de tierra virgen que quedaban. La sustitución de los manglares por campos de cultivo de arroz, acaban con la flora y fauna del sistema. La transgresión de los acervos genéticos, para uso privado y comercial, crea resistencias en plagas y enfermedades. La contaminación con fosfatos, nitratos y metales pesados, tanto de aguas dulces como de mares y océanos, envenenan nuestros alimentos y nuestro cuerpo. Los cambios en los usos del suelo y su degradación, desertizan amplias zonas secas. Éstas y otras muchas son las diferentes caras del Cambio Global.

Existe una parte de la sociedad y de la comunidad científica preocupada por los efectos del cambio. Se está creando un leguaje nuevo y aparecen términos como Huella Ecológica (área capaz de aportar los recursos necesarios y de soportar los desechos generados por cada individuo).  Muchos son los expertos que creen que la población humana hace tiempo que llegó a su Capacidad de Carga, máximo número posible de individuos que bajo unas circunstancias determinadas, puede sostener una población. Otros, sin embargo, piensan que con una distribución de las riquezas y con la enorme tarea de la concienciación en el uso responsable de los recursos, todavía podríamos mantener la población.

Ahora sí, hay que hablar claro, hay una necesidad imperante por cambiar los medios de producción. Tenemos que crear energías limpias y sostenibles. Hay que disminuir el consumo innecesario por parte de los ciudadanos del primer mundo. En definitiva, no nos podemos quedar impasibles viendo como el mundo en el que vivimos se destroza irremediablemente, tenemos que actuar y hacerlo ya.

                                                 
                                                                                                                                Carlos Serrano Hermo

La Respuesta Inminente, ¿o no?

La constante llamada a la acción que normalmente me atenaza, estos últimos días está siendo verdaderamente severa.Ya son unos cuantos países de nuestro entorno, en los que los pueblos han salido a reclamar justicia social y democracia. Paralelamente en los Países del Norte, los reajustes y recortes en pro de la solvencia de los “Mercados” y para mantener los crecimientos que marcan unos pocos, están masacrando el llamado Estado del Bienestar.

La sobreexplotación de los recursos y la contaminación y degradación de aire, agua y tierra, transforman día a día el entorno natural que conocemos. ¿Hemos entrado en una fase de cambio? ¿Los ciudadanos del Norte y muy especialmente de España van a tomar las riendas del asunto? La crisis económica, política, social, ecológica y cultural está socavando mi creencia en el ser humano. En los últimos diez años las cosas están cambiando mucho, ¿los humanos estamos preparados para ello? ¿Y los españoles? ¿Qué piensa hacer la sociedad civil española en días en los que le arrebatan el derecho  a un descanso digno?

Señoras y señores, el juego ya se ha planteado, se ha jugado, se ha perdido y nosotros no nos hemos enterado. Ahora cuando toda la gente abandona el estadio, nos damos cuenta de lo que ha pasado, ¿podremos por lo menos reclamar la entrada? Si en días como los de hoy, jóvenes, mujeres, ancianos, obreros, prostitutas, estudiantes, funcionarios, intelectuales, gitanos, artistas, inmigrantes, si en días como los de hoy no somos capaces de juntarnos y decir: ¡No!, creo que el ser humano ha jugado todas las bazas que tenía que jugar y ahora está a punto de extinguirse.


Carlos Serrano Hermo.


TOMA LA CALLE EL DÍA 15/05/2011