Harto, harto de tanta filosofía, de tanto
estudio concienzudo sobre cómo actuar. Cientos de artículos y decenas de libros.
Análisis críticos sobre circunstancias que atenazan al mundo, a la actividad
laboral, al modelo productivo, a las relaciones entre las personas, o al
desarrollo de la sociedad en su medio. Pesados debates, milenarias asambleas,
panfletos, carteles, discursos, líderes, palabras…
En definitiva, nos hemos empeñado con un
fundamentalismo fuera de lo racional, en que la revolución se trata de
tratados, fórmulas magistrales, o directrices sacadas de laboratorios
universitarios. Nos hemos olvidado de una cosa fundamental, el sistema es de
por sí cuadriculado. Los chamanes del capitalismo poseen un aparato de producción
intelectual totalmente meticuloso, científico, analítico, y ensayado durante
años. Y seguimos pasando por sus puentes, intentando estructurar técnicamente
la respuesta.
Compañeras y compañeros, con sus armas no podemos
competir. El pensamiento, la ciencia, el conocimiento, la técnica, están al servicio
del poder puesto que el poder cuenta con información privilegiada. No somos más
listos que todo un ejército bien preparado escrutando los porqués, paraqués,
haciadóndes. ¿Por qué seguimos chocándonos contra el muro en lugar de vadearlo?
¿Sabéis de lo que realmente adolece el poder?
El poder adolece de sentimientos, no tiene amigos, no ama, no sufre. El poder
piensa, pero no siente.
Si las personas que quieren cambiar el mundo,
utilizasen menos la cabeza y más el corazón, estaríamos muy cerca del cambio,
la utopía se rozaría con la mano.
Creer que es posible, lo hará posible. Millones
de personas en todo el planeta creen en un dios diferente, y para esas personas
existe. Los niños creen en las hadas, y para ellos las hadas existen. El pueblo
cree en sus amos y los amos del pueblo existen. El pueblo no cree en si mismo,
y el pueblo no existe.
Tenemos miedo, somos incapaces de lanzarnos al
vacío. Impotentes ante la belleza que la vida nos depara. Temerosos de abrazar,
de decir te amo, de llorar, de expresar, de bailar, de gritar, de reír.
Necesitamos más poesía, más música, más danza, más teatro, más pintura, más
cines, más comedia, más magia. No es casualidad que el arte esté siendo
vilipendiado cada día más. Nos hace más humanos y eso no genera beneficios. Ante
un fuego en los ojos, una bestia se postra a los pies. Una chispa que ilumina
capaz de cien máquinas destruir.
Miles de personas creyendo en el que tienen al
lado. Miles de personas creyendo en el cambio. Miles de personas deseando
romper los muros. Un sueño alcanzado.