lunes, 5 de diciembre de 2011

Un reencuentro inesperado


Un reencuentro inesperado,
como no podía ser de otra manera.

Ya llevamos años viéndonos furtivamente,
en noches de borrachera,
 en un pequeño pueblo encantado,
en el que nos conocimos,
que nos vio crecer,
y del que ambos volamos.

Ahora hemos vuelto,
algunos por ganas,
otros por derecho,
ahora nos reencontramos y nos reconocemos.

Seguimos siendo los mismos,
que cuando éramos pequeños,
con esa conexión,
 que parece no perderse después de milenios.

Por muchas horas que tengamos,
por muchas ganas con las que hablamos,
yo sigo pensando,
 que podemos entusiasmar
hasta los más equivocados,
que podemos vencer el alba,
la noche y al inverno helado.
No puedo perderte,
como te perdí hace años,
no quiero imaginar que me voy
y que tú seguirás ignorando,
lo que tú me haces ser,
lo que tú me has inspirado.

Soy aquel muchacho que se enamoró,
de lo que tú representas,
de lo que tú me alimentas.

No quiero perder las ilusiones,
que tengo a tu lado.
No quiero imaginar que podamos estar atados,
a un destino maléfico que quiere engañarnos,
que nunca soportó vernos amados,
que quiere la Tierra, con guerra y gusanos,
pero no quiere un reencuentro
que rompa la ira en pedazos.

5 comentarios:

  1. Un reencuentro de los que te hacen temblar...
    Un fuerte abrazo

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  2. Increible Carlos, te superas poema a poema. Sigue sin dejar de escribir!!! un abrazo!!!

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  3. Muchas gracias a los dos!!!

    Me cago en diez, sólo por vosotros merece la pena.

    Un abrazo a los dos.

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  4. Muy bueno Carlitos, yo tambien tuve un reencuentro impactante hace poco y me viene al pelo tu poema...sigue así!

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  5. Muchas gracias txetxu!!!

    Son bonitos estos reencuentros, ¿eh?.
    Espero que salga bien.

    Un abrazo!!

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