Sobrevolando
la espera del porvenir,
me
sumerjo en acontecimientos de hoy,
recorriendo
las avenidas
de las
escenas más pintorescas.
Azabache
es la luz,
que
normalmente me acompaña,
cada
mañana en la espesura de lo incierto.
Conozco
los lamentos
y
también las alegrías.
Saboreé
el impacto del miedo
e hice
travesuras con melancolía.
Dejé
llevar mi esencia
con
locura y esperanza,
damas
engalanadas
que
cuando acompañan,
más
lejana está la vida
y más
certero el castigo,
del
garrote vil.
Como
antaño, el aire libre
de los
senos de las montañas,
siempre
rozó mi cuerpo
y
embaucó el cansancio,
que
agotara mi paciencia.
Sin
embargo, empapó mis entrañas
de
intensidad.
Y su
dicha, me entregó al mundo,
desnudo
y sin peinar,
pues la
falsedad me repugna
y es
conflicto, quien dora mi cantar.
Siento
dicen,
optimismo
embriagador.
sí,
reconozco debilidad en palangana.
Mas,
¿no
hay ya suficiente atrocidad?
Sí,
realidad, pero vestida de colores,
pues
los uniformes
están
de moda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario