martes, 26 de abril de 2011

Gitana mía, ¿por qué?

Gitana mía, ¿por qué?
¿Por qué me has abandonado
en este lugar desolado
en el que no tengo fe?

La tristeza todos los días
me susurra, me corteja,
por las mañanas también me gobierna
y por las noches te tengo sed.

Se mete en mi cama,
en tu lado
y me sigue acosando
hasta que sucumbo a sus pies.

Gitana mía, ¿por qué?
¿Por qué no seré más fuerte?
¿Por qué no tendré tu garbo,
tu alegría, tu descaro
y tu sabor a miel?

Gitana mía, yo muero
poquito a poco y por dentro
me desgarro,
me desgajo
y me desmiembro.

Gitana mía te quiero tanto
ya no tengo más que ser
que un pilón frío de mármol
en la vereda que surcaste ayer.

   

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