Estamos hartos de oír en todos los medios de comunicación hablar del “Cambio Climático”, pero estamos menos acostumbrados a escuchar el término “Cambio Global”. ¿Qué es esto del Cambio Global? ¿Acaso no sólo el clima cambia?
Cientos de estudios científicos documentan, que las variaciones en el clima son una de las muchas partes del problema. La sobreexplotación de las aguas internacionales y de los caladeros de países con inestabilidad política, agotan la diversidad del ecosistema marino. La deforestación de selvas para la ampliación de los pastos y campos de cultivo, o para la fabricación de papel, está poniendo en peligro los últimos reductos de tierra virgen que quedaban. La sustitución de los manglares por campos de cultivo de arroz, acaban con la flora y fauna del sistema. La transgresión de los acervos genéticos, para uso privado y comercial, crea resistencias en plagas y enfermedades. La contaminación con fosfatos, nitratos y metales pesados, tanto de aguas dulces como de mares y océanos, envenenan nuestros alimentos y nuestro cuerpo. Los cambios en los usos del suelo y su degradación, desertizan amplias zonas secas. Éstas y otras muchas son las diferentes caras del Cambio Global.
Existe una parte de la sociedad y de la comunidad científica preocupada por los efectos del cambio. Se está creando un leguaje nuevo y aparecen términos como Huella Ecológica (área capaz de aportar los recursos necesarios y de soportar los desechos generados por cada individuo). Muchos son los expertos que creen que la población humana hace tiempo que llegó a su Capacidad de Carga, máximo número posible de individuos que bajo unas circunstancias determinadas, puede sostener una población. Otros, sin embargo, piensan que con una distribución de las riquezas y con la enorme tarea de la concienciación en el uso responsable de los recursos, todavía podríamos mantener la población.
Ahora sí, hay que hablar claro, hay una necesidad imperante por cambiar los medios de producción. Tenemos que crear energías limpias y sostenibles. Hay que disminuir el consumo innecesario por parte de los ciudadanos del primer mundo. En definitiva, no nos podemos quedar impasibles viendo como el mundo en el que vivimos se destroza irremediablemente, tenemos que actuar y hacerlo ya.
Carlos Serrano Hermo
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