martes, 26 de abril de 2011

¡Qué alegría mi hermano!

Qué alegría mi hermano
tengo yo en el alma
por haberte encontrado,
por haber conocido tantos hombres,
tantas mujeres de gallardo calado.

Sé que si llega la hora
muchos estarán preparados,
nacieron con corazones
más grandes que el cielo estrellado.

Comprendo que el mundo es así,
muchos están embobados
absortos en sus madrigueras
escondidos en sus vidas de barro.

Pero con que haya cinco,
que se cuenten
con los dedos de la mano
la esperanza será nuestra
nuestro será, el carro dorado.

                                 

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