Lamento
el día que empecé a soñar
desde
entonces ya no soy yo
soy las
migajas que quedan cuando despierto
de
aquel personaje que acompañó
a este
hombre humilde, que en vigilia llevo
Las
mañanas frías y húmedas
siempre
son la pesadilla del destierro
de una
tierra prometida
mientras
entre las sabanas vuelo
La
realidad está podrida, dijo un sabio sabiendo
que lo
que decía, más que verdad, era un acierto
Ya sean
lunes, domingos o días de festejos
siempre
cuando levanto, yo siempre me entristezco
porque
he perdido el tren que me llevaba a mis sueños
aquellos
que mientras dormía
me
hacían ser hombre bueno
aquellos
que convirtieron, mi cobardía
en
coraje y sentimiento.
lo mejor de los sueños...seguir soñando.. quedan muchos sueños por soñar y muchos de ellos por cumplir...
ResponderEliminarbesos poeta,
Salomé
Desde luego, no podemos dejar de soñar.
ResponderEliminarNi dormidos ni despiertos.
Un besazo guapaaa
Cuando te quitas los ojos, los recojo, tus ojos son mas cuando duermes porque miran a nada o al sueño y el mundo será ese nada o sueño, tuyo.
ResponderEliminarVamos a guardarlos y no estar ciegos.
Y hoja por hoja,
sin miedo a que se escape tu mirada,
iremos,con tus ojos, mientras descansas,
bajo los tersos párpados vacíos,
a cazar puentes, puentes como liebres,
por los campos del tiempo que vivimos.
Adaptaciones para los ojos que vigilan la vigilia
Un abrazo. Marta
Me encantó!!
ResponderEliminarGracias por darle color al blog.
Un abrazo.