lunes, 24 de septiembre de 2012

Despedida


¡Oh sí madre! ¡Quiero navegar!
Y no me importa quién me siga
mientras yo surque las olas,
pues el viento siempre sonríe
a quién se entrega al mar.

¡Oh madre!
Y tú, no estarás sola
mientras tu luz, de amapola,
siempre roja y siempre hermosa
acompañe mi navegar.

Esta tierra, aunque es linda
me encierra y me adormece
hace de mí, cristal endeble
y no deja crecer mis sueños
ni mis anhelos conseguir.

Esta tierra, aunque es mía
me entrega a mis enemigos
que con hierros y con espinos
esperan a la distancia
que renuncie a mi libertad.

Despídeme de mis queridos
diles que mi vida es como el río
que empezó con turbulencia
se ensanchó y calmó sus aguas
y ahora en su retirada
ha de desembocar en la mar.

Diles que no abandonen mi presencia
que les pensaré mucho.
Diles que ellos son mi filosofía,
mi religión y mi ciencia
y los paños que tuve
cuando tuve que llorar.

Me embarco pero sin miedo
aunque me enfrente a la tormenta
porque el corazón llevo repleto
de vuestra cálida esencia,
aunque la corriente se haga eterna
y la noche sea oscura
y la niebla, piedra dura.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Paraje extraño


¡Oh! ¡Pobre muchacho insolente!
Que cabalga por los cerros desolados
Con la única ilusión en su mente
Encontrar aquella princesa de tez clara

¡Oh! ¡Cuán dura es la realidad de la búsqueda!
Cuando no existe atisbo de encontrarla
Aquella dulce muchacha, risueña
No está sino en su inmadura cabeza

Así pasan los siglos atemporales de la Historia
En los que la adolescencia,
Ya sea a los quince o a los cuarenta
El hombre busca a su mujer perfecta

¡Qué pena más trágica cuando no se halla!
¡Qué dolor más intenso el de la oscura soledad!
¡Cuántos pájaros revolotean susurrando la desdicha!
¡Qué larga la espera cuando no estás en mi hogar!

Paraje profundo donde sucumbo
Y vuelvo a levantarme y vuelvo a tropezar
Tierras áridas y negras, volcánicas
Que dibujan esfera lunar
Con montañas carbonadas
De azabache, pantera y ébano
Que indican el destierro al inocente
Que sólo quería soñar

martes, 11 de septiembre de 2012

Salvador Allende


"Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor"

Fragmento del último discurso de Salvador Allende antes de ser asesinado por el golpe militar 

sábado, 8 de septiembre de 2012

Noche oscura


Solo en la ciudad,
Desconocida vaguada
Terreno inhóspito.
Sin miedo a surcarlo
Me dejo arrastrar
Por los rincones impuros
Bares de vagabundos
Que me impregnan su bohemia

Cuando uno se embelesa
Por fragancias de tunantes
Sin pedir recompensa
Y confluyen las estrellas
En madrugadas repletas
De alegrías y tristezas
Y de muchas travesuras,
Aquel que está solo
Se convierte en el rey
De aquella taberna amarga
Abierta hasta la mañana
Sin miedo a saber estar
Sin problemas de debate
Con compañeros del desastre
Y delincuentes a rebosar

No por refunfuñar
Acabas con esta vida
De mangante por las esquinas
Y caballero del trasnochar
La noche oscura me atrapa
Y me encanta su mirada
Cuando suena perversidad
Esa música del averno
Que tanto me llena
Y tanto me hace volar

Bailaré hasta que acabe el año
Se lo debo a los mayas
No vaya ser que tuvieran
Más razón que los santos
Y que éste no fuera uno de tantos
Sino el último de los años
Que pudiéramos disfrutar
Bailaré hasta que la luna suba
Y se vuelva a descolgar
Hasta que llegue el día
Bailaré hasta que tú me avises
Que la vida ya no es mía
Bailaré hasta desmayar

La alegría y la pena del poeta


La mayor alegría, así como la más profunda frustración del poeta, es saber que jamás podrá retratar nítidamente un sentimiento con palabra, frase o párrafo alguno. Sólo conseguirá acercarse hasta el punto, si es bueno, de poder acariciarlo.

Carlos Serrano Hermo

jueves, 6 de septiembre de 2012

¿Palabras o entendimiento?


A veces las palabras gritan
por no ser escuchadas
y a veces no se escuchan
precisamente por ser gritadas
¿Paradoja del lenguaje?
Tal vez
Comunicación cobarde
que pretende llegar y no llega
o llega y arrasa

A veces las palabras sobran
y son los gestos
quienes toman la palabra
En las noches trágicas, melancólicas
o risueñamente peligrosas
son las miradas,
las que adquieren relevancia

En madrugadas de fríos inviernos
las caricias hacen su agosto
consagrando su presencia
de nobles emisarios
acercando a las personas
sin versos ni estrofas
ni discursos agobiantes
ni párrafos arcaicos.

Toda esta parafernalia
de fonética o caligrafía
a veces oral y modesta
a veces plasmada
o a veces traviesa
penetra en las mentes
rompiendo esquemas
creando surcos
y con suerte
moviendo conciencias.

El entendimiento no entiende
ni de reglas, ni de leyes
ni de idiomas extranjeros
ni de sabios en presbiterios
Sólo de ti a mí,
sin nada que se entremezcle.

“A las dos amadas de A. Machado” entre dos aguas


 Así recorro tu cuerpo
cuando iluminas tu cara,
de tus ojos salen risas
de los míos brotan lágrimas,
mis manos que te acarician
con suavidad y con calma,
afloran en ti pasiones
y a mí me queman el alma.

Pienso que tú estás presente
su mirar nos acompaña
por ti me siento culpable
a ella mi soñar extraña,
cuando la tengo te añoro,
sin ti mi mar no está en calma,
ella es la brisa tu el agua
ella es la noche tu el alba.

Si pensar me da tristeza
ya no quiero pensar nada
prefiero ser poesía
volar a tierras lejanas
navegar sin rumbo fijo
cantarle a la madrugada
elegir ¿sus brazos dulces?
¿o tus ardientes palabras?.



En recuerdo a ANTONIO MACHADO
(VICTORIA PRADA)