jueves, 9 de febrero de 2012

El día de la ignominia


Cuando dicen lo que piensan
pero no son escuchados
Cuando hacen lo que dicen
y por todos, son juzgados
Cuando estorban a quien daña
el poder les es quitado
Cuando huyen y se escapan
perseguidos y encarcelados
Cuando encaran el problema
de terror son acusados
Es entonces cuando salgo,
de mi guarida en el campo

Ya no puedo,
ya no puedo soportarlo
Tendrán que verme la cara,
de iracundo y cabreado.
Al menos eso tendré,
el derecho al pataleo
las ganas que os tengo
son ya harto sabidas
por todos reconocidas.

Pensáis que sois inmunes
pero no imagináis quien os habla
son las voces que de abajo
sin complejos emanan
Como un torrente de fuego
Que quema vuestro palacio
De vergüenza y mamoneo,
de descaro y rechazo.

Si la ley os ampara
nosotros haremos justicia.
El hedor de vuestras palabras
mostrará vuestra estulticia.
Os creéis señores del mundo
en vuestros castillos de barro
pero seréis señalados
por paisanos y vagabundos

La nueva realidad se abre
no sin miedo, ni masacre
pero a ojos de todos está
el fin de vuestra barbarie.
La era que se crea
a espaldas de vuestras enmiendas
reza  la verdad y la palabra
Ilusiones y pensamientos
de quienes siempre construyeron
con energía,
trabajo y sufrimiento.

La partida ya se acaba
jugáis vuestra última baza
de perdedores endemoniados
con fusiles y cacharros,
pero nuestra fuerza os vence
no os deja respiro
ni con espada, ni con cuchillo
ni con miseria, ni con castigo

La esperanza ha vuelto en mí
siendo más grande que nunca.
La avaricia  habrá de ser
vuestra condena
y vuestra tumba.

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