martes, 27 de marzo de 2012

Cala perdida


La fecha se acerca, pero mi realidad es otra.  Antes atado, sufrido, estresado. Hoy vagabundo, trashumante y libre. Quizá hoy más triste, pero quizá no estoy seguro.

Los días pasan como si llenase una garrafa. Ayer rebosaba de conocimientos válidos para el mundo del trabajo. Hoy esa botella se ha derramado, se ha vaciado y ha volcado todo su contenido.  Sin embargo, mi vida hoy se llena de sentimientos, experiencias y por qué no, también de sabiduría. Pero esos aprendizajes no sirven para tener mejor sueldo, no se cuantifican en el mundo de hoy, no cuentan para producir. Es probable de hecho, que esos saberes me impidan encontrar un empleo, una vida parecida a la perdida.

Aquí en una roca, en una cala perdida, en algún lugar del mundo, yo me encuentro. Me encuentro sin saber donde estoy y sin preguntármelo demasiado. A veces me siento más acompañado que antes, a veces me siento más solo que nunca. Mi mirada sigue sumergida en esa tonalidad impertérrita que muestra indiferencia. Todo lo vivo por dentro, poco enseño hacia fuera. Los más agudos amigos, aquellos que te acompañan en las risas y en los turbios, son los únicos capaces de ver, la intensidad que palpita en mi seno. 

4 comentarios:

  1. Que bueno resulta leer estas cosas. Me encanta la entrada y estoy seguro que sí te servirán para un trabajo al uso, aunque creo que quizás tú no lo busques siquiera...

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    1. Gracias David!!

      Quizá tengas razón y quizá no lo busque. Quizá emplee mi vida en buscar más allá. Pero últimamente sólo puedo decir, quizá, puesto que no estoy seguro de nada.

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  2. ¿Cuándo te has puesto senos? ¿Se pueden tocar? :P

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    1. Me los puse hace poco y tú me puedes tocar los senos y lo que quieras pichón. ;-)

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