lunes, 17 de junio de 2013

De la butaca al altar

Al sol de la plaza juntáronse el flamenco y el poeta,
gritando con fuerza a la vida
y agarrándose al sendero al caminar.

Llenos de sonrisas  y picaresca,
cautivaban al tumulto
sembrando cuidadosamente la dulzura
de los duendes, que las artes dan.

El teatro, la música, la magia y la poesía
en el cuaderno de aquella rutina
queríanse dibujar.

Robaron el silencio
de corazones que expectantes escuchaban,
con sutiles gestos de euforia
aquella grata melodía
que hasta que despuntó el día,
rebrotó como quién vuelve a despertar

¡Cuán maravillosa puede ser la ensoñación del arte
que hechiza al más profundo pesar!

La vida que es teatro, y que viene y se nos va
Que nos pone al resguardo
O nos trilla en un trigal
Nos hace mendigos,
Nos hace poetas
Nos hace profetas
O nos entrega al mar.

Navegamos, corremos, huimos
Nos enfrentamos y amamos
Asistimos
Recordamos,
Nacemos y morimos
Despertamos
Bebemos y custodiamos
Y todo por azar

En el cauce, puede haber muchos meandros
Muchas frutas por probar
Muchas lunas y muchos soles
Flores de todos los colores
Montañas con nubarrones,
Desiertos, selvas o castillos de nobles
Y lo único importante
Es que cuando el telón caiga
La función haya sido triunfal.

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