En respuesta a la nueva reforma del código penal.

Antes lo sospechaba, ahora cada vez lo tengo más claro. Los disturbios de Barcelona se dejaron hacer e incluso, se fomentaron por las autoridades. Se han vuelto a ver vídeos en internet, de policías infiltrados creando revueltas. Era la gotita que les permitiría apretar las tuercas y no consentir más protestas en la calle. De paso así, se han cargado las protestas pacíficas.

Estaba claro que, después de los recortes en Educación y Sanidad, con la nueva Reforma Laboral, las nuevas inyecciones a los bancos, y demás atropellos contra la ciudadanía, las protestas en la calle se iban a incrementar.  Eso no podían permitirlo.

Pues muy bien, ¿y ahora qué? ¿Nos quedamos en casa para que no nos multen? Evidentemente nadie quiere verse pagando una multa por atentado a la autoridad, tampoco nadie quiere verse relacionado en un delito de integración criminal.  Primero deciros: ¡enhorabuena! Si tanto empeño ponen en echar por tierra las protestas en la calle, es que íbamos por buen camino. Ahora empezamos a pensar en las cosas que se pueden hacer al respecto. Debemos de seguir tomando las calles, debemos de no callarnos ante la precariedad de la situación. Además debemos de demostrar nuestro contundente rechazo a esta nueva reforma.

Pero además de jugarnos el tipo en la calle, que parece que ya ha llegado el momento. Debemos seguir creando alternativas, comprar en grupos de consumo, crear espacios liberados autogestionados o colaborar con los que ya existen, participar activamente en la política de nuestra zona, ya sea en las asambleas de barrio o en los grupos que estén trabajando en nuestro entorno. Que cada persona se junte con la gente que tenga una ideología y una práctica más afín. Lo importante es estar activo y comprometerse, da igual en qué, pero aportar el granito de arena que se pueda.

Nos quieren callados y sumisos y no debemos permitirlo. Hasta ahora, siempre creía que todos unidos teníamos fuerzas para cambiar las cosas. Ahora y viendo el miedo que nos tienen, estoy totalmente convencido.

¡Nos veremos en las calles! ¡Cueste lo que cueste la lucha sigue!