lunes, 18 de junio de 2012

El sentido crítico, un valioso tesoro poco cultivado


Debemos de ser conscientes de la necesidad que tiene el ser humano de poseer sentido crítico. Uno de los grandes problemas de la sociedad en su conjunto y de los individuos por separado, es la falta de autocrítica, cuestionarse la argumentación impuesta o la falta de reflexión propia. Lo más sorprendente de todo, es que esta falta de crítica, sin haber hecho un estudio estadístico al respecto, aparece tanto en los sectores “ilustrados” de la población, como en los que lo son menos. Este aspecto, me parece muy importante destacarlo, pues indica algo clave. La educación recibida por los futuros trabajadores intelectuales, no les sirve para cuestionarse las ideas o teorías recibidas. Es un gran problema, ¿no? Si un científico no es capaz de cuestionar la teoría anterior, ¿cómo va a elaborar una que pueda mejorarla? Es una cuestión ardua que la sociedad debe plantearse.

Antes de continuar con el análisis sobre la importancia que tiene el sentido crítico en la sociedad, vamos a intentar acotar el concepto. En el Congreso Internacional sobre Pensamiento Crítico desarrollado del 1 al 7 de agosto de 1991 en la Universidad de Sonoma, California, se presentó una lista de las 35 habilidades principales que suele tener, en mayor o menor grado, una persona con un “buen sentido crítico”. Por otra parte, Richard Paul, director del Centro para el desarrollo del pensamiento crítico de la misma universidad, en su libro Critical Thinking –que lleva un subtítulo sugestivo: «qué necesita cada persona para sobrevivir en un mundo en cambio»– desarrolla estas 35 habilidades y las aplica en otras publicaciones escolares a las diversas áreas de aprendizaje. En el estudio clásico de las habilidades para el sentido crítico, se agrupan las mismas en tres amplias categorías. A continuación explicaré las diferentes estrategias y enumeraré las habilidades:

Estrategias afectivas: corresponden al orden de valores y actitudes que una persona puede tener ante el desarrollo del sentido crítico. Es decir, ¿está uno dispuesto a ser crítico consigo mismo y con lo que le rodea? Si lo está, es que considera que el sentido crítico es un valor y, por tanto, tiene una actitud favorable a desarrollarlo en su vida.

  1. Pensamiento independiente.
  2. Egocentrismo / sociocentrismo: ni el egocentrismo exclusivista (fijarse sólo en sí mismo) ni el sociocentrismo complaciente (quedar bien con los demás) favorecen la actitud crítica.
  3. Tener en cuenta el punto de vista de los demás.
  4. Ideas / sentimientos: analizar las ideas que se esconden bajo los sentimientos y los sentimientos que se esconden bajo las ideas.
  5. Admitir las propias limitaciones y suspender el juicio.
  6. Tener coraje intelectual y defender lo que uno piensa.
  7. Coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.
  8. Perseverancia intelectual hasta encontrar la solución.
  9. Tener confianza en el poder de la razón.
Estrategias macrocognitivas: se tratan de habilidades intelectuales. Se refiere a estrategias que son aplicables a diferentes situaciones de la vida relacionadas con el mundo del conocimiento. Por ejemplo, darse cuenta de algo.
  1. Evitar simplificaciones de sí–no, todo–nada y buscar matices en el juicio crítico.
  2. Saber comparar situaciones análogas en nuevos contextos.
  3. Desarrollo de las propias perspectivas: creencias, argumentos, teorías.
  4. Clarificar problemas, conclusiones o creencias.
  5. Analizar el significado de palabras y frases.
  6. Desarrollar criterios para evaluar cualquier situación.
  7. Valorar la credibilidad de las fuentes de información.
  8. Saber analizar a fondo cuestiones fundamentales y significativas.
  9. Evaluar los argumentos, interpretaciones, creencias y teorías.
  10. Generar y valorar las soluciones alcanzadas.
  11. Analizar y evaluar acciones y normas.
  12. Saber leer con sentido crítico.
  13. Escuchar con sentido crítico: el arte del diálogo silencioso.
  14. Hacer conexiones interdisciplinares.
  15. Habilidad socrática en la discusión de un problema.
  16. Aprender a razonar dialogando analíticamente con los demás.
  17. Aprender a razonar discutiendo dialécticamente con los demás.
Estrategias microcognitivas: se trata de habilidades que ayudan a lograr o perfeccionar las estrategias macro. Es decir, saber conducir un vehículo, correspondería a una estrategia macro. Pero, aprender a rectificar errores, como por ejemplo, cambiar de marcha adecuadamente para consumir menos, sería una micro.
  1. Distinguir entre lo ideal y la práctica de cada día.
  2. Precisión en el uso del vocabulario crítico.
  3. Darse cuenta de las diferencias y semejanzas significativas.
  4. Ser capaz de analizar lo que uno mismo da por supuesto.
  5. Distinguir entre los hechos relevantes y no relevantes.
  6. Ser capaz de sacar conclusiones, interpretar, hacer predicciones.
  7. Aportar razones y hechos que logren una evidencia.
  8. Darse cuenta de las contradicciones.
  9. Saber explorar las implicaciones y consecuencias de un hecho.
En definitiva, el sentido crítico o pensamiento crítico, es una técnica para evaluar la información y las ideas, para decidir qué aceptar y creer. El pensamiento crítico implica reflexionar sobre la validez de lo que se ha leído a la luz del conocimiento y la comprensión del mundo que previamente se tienen.

Desde el punto de vista del autor, no es casual que esta habilidad esté tan poco desarrollada en la población. Mucha responsabilidad deben tener los medios de información (de ahí el nombre de Poder Mediático) en la indefensión e incapacidad crítica del individuo ante la información recibida. Pero como antes se exponía, esta incapacidad es compartida por trabajadores manuales y por avanzados universitarios. Por lo tanto, el sistema educativo en su conjunto, debe también tener algo de responsabilidad en ello. Así el autor señala directamente, tanto a la formación, como a la información recibida y a todos los encargados de transmitirlas.

Me pregunto, si en una sociedad que se cree libre, porque puede decidir cada cuatro años a sus representantes, interesa una falta total de sentido crítico a la hora de tomar una decisión. Posteriormente me pregunto, si cuando era pequeño o en alguna de las etapas posteriores en mi formación, me fomentaron el sentido crítico o si por el contrario, me hicieron aprender de memoria textos, sin dedicar mucho tiempo a su comprensión general.

Así para terminar, quiero hacer dos llamamientos. El primero es, que todo aquel que lea este texto y todos los textos que vengan posteriormente, no crean nada de lo que leen y tengan la necesidad de contrastar la información recibida. Puedo ser un mentiroso, un plagiador, un ilusionista y como yo, todos los que escriban en medios de comunicación, tanto mayoritarios como libres y autónomos. Este primer llamamiento me lleva  irremediablemente al segundo. Necesitamos una sociedad con pensamiento crítico. Debemos fomentarlo y si en nuestra formación, no lo hacen, deberíamos preocuparnos por adquirirlo nosotros mismos y que nuestros hijos también lo adquieran.

Quizá el sentido crítico no sea un bien muy apreciado para los que tienen el poder y/o imponen dogmas, pero para los ciudadanos de a pie, nos hace fuertes y reflexivos. Cuanto más fomentemos esta virtud, más dueños nos haremos de nuestras propias vidas.

Publicado en la revista 87 grados.
87grados.wordpress.com

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