viernes, 15 de junio de 2012

Memoria o guadaña


Y lo único que quiero es quedarme en mi agujero y poder castigar mi hígado, hasta que el día se transforme en noche y la noche en alba de color albero.

Oscuridad perdida que transformó el recuerdo, de aquella mañana prometida, que nunca se vio en mis sueños y que sin embargo, me palpita desde dentro.

Una vez más, la escritura me sacó de mi infierno y me devolvió a ese mundo, que sin haberlo pedido, era el mío y se construía a cada verso.

Las palabras se me amontonaron en la cabeza y me rasgaron la garganta al escupirlas. Esgrimí el bolígrafo cual funambulista, en delgado cable de acero, y transformé mis anhelos, en frases proscritas.

Y así, línea a línea, pliego a pliego, salí de mi encierro y suspiré  por los días que sin vivir, había escrito para ellos. Supliqué que no se me olvidaran. Prometí, que llevaría sus palabras hacia  otros lugares sin rabia.

La Historia será contada, por más que quieran enterrarla. Los hechos, deshechos, tendréis que escucharlos y leerlos hasta que la vergüenza o la muerte, os alcancen con su guadaña. 

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