viernes, 14 de noviembre de 2014

Salvaje oleaje

Una vez más al viento,
hoy con mi Sancho,
este gitano que acompaña
desde hace años, mi destierro.

Parece que siempre,
por arte de magia,
las almas perdidas
quedan atadas.
Atadas sin nudos,
sólo unidas con lazos de guirnaldas.

Harto de frutos que huelen
a basura de otro tiempo,
busco sin remedio,
otro risco al que agarrarme.
En mares azules,
desiertos de sedas
o en selvas más verdes
que los ojos de esperanza,
esa mujer alegre
a la que todo el mundo llama.

Un barco, sí, un barco y una vela,
un destino o una huida presta.
¿Qué es todo en la vida
sino un viaje dónde te encuentras?
Dejando cosas valiosas
y conociendo otras más bellas.

Salvaje oleaje que empuja mi esfera,
meciéndome como niño
en las manos de niñera.
Cautivo en este baile,
reposa mi intensa marea,
suavizando mi carácter,
de miliciano de estepa.

Compañeros, compañeras,
hoy os pienso
con más intensidad que cualquiera,
pues sé que estáis haciendo grande,
la solidaridad de vuestra tierra.
Entre tumultos de cereales
y nieves perpetuas.

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